Sr. Director:
Desde el 11-M me di de baja como lector de toda la vida del diario ABC y me pasé a El Mundo, básicamente porque era de los poquísimos medios que intentaba esclarecer la verdad y aclarar las cada vez más oscuras tramas de aquel terrible atentado.
Y lo leo muy a mi pesar, ya que en lo que toca a la Iglesia y a la religión católica, así como a los valores que defiende, demuestra una línea cuando menos tibia. Desde luego, en el caso de la Parroquia de San Carlos Borromeo es clamorosa su tendenciosidad, pero no sólo de este diario, sino de una gran mayoría de medios de comunicación (p.ej. los tristemente célebres gratuitos, que no debieran servir ni para envolver el bocadillo de mediamañana de nuestros hijos), que han abordado el asunto con absoluta tendenciosidad.
Lo terrible, con ser importante, no es sólo la forma en que abordan el tema, sino el silencio absoluto que imponen a quienes disienten de lo políticamente correcto. En las secciones de cartas al Director, sólo se ven las intervenciones en un sentido de unos lectores bastante desinformados y que, estoy seguro, en muchos casos ni siquiera frecuentan la Iglesia. Esto no me sorprende, pues baste mi ejemplo (y supongo el de otras personas bienintencionadas), me he aburrido de mandar cartas a diferentes medios (el propio El Mundo o el enlace de una tal Radio Almenara, absolutamente vomitiva, en la revista Tetuán 30 días) defendiendo la postura de nuestros legítimos representantes, esa tan denostada jerarquía y, por supuesto, no han publicado ni una triste coma. En fin, es sólo un ejemplo más, muy triste pero a la vez muy sintomático, de la presunta independencia de los medios de comunicación y, en definitiva, de una democracia todavía demasiado imperfecta.
Jesús González Fernández
jesusg@ifema.es