• En las dos plazas africanas superan la tercera parte del total. Todos musulmanes.
  • Sus mandos dudan de su fidelidad a España en caso de conflicto con Rabat.
  • No sería la primera peripecia histórica donde soldados marroquíes, incursos en el ejército español, nos traicionan.
  • Pero al tándem que rige Defensa, Morenés-Argüelles, sólo le preocupa el polo militar industrial. Para ellos, el ejército es una oportunidad empresarial, nada más.
  • Y Rajoy también desoye las llamadas de los mandos que piden aumentar el contingente de militares en las dos plazas africanas.

Entre las banderas de la legión y los regimientos de regulares, en Ceuta y Melilla se concentra una fuerza de combate -ojo, de combate- de 4.000 efectivos, mitad por mitad en cada plaza.

De ellos, más de la tercera parte son de origen marroquí, muchos de ellos nacidos en Ceuta. Pues bien, sus mandos tiene muy serias dudas sobre su lealtad a España en caso de conflictos. Muchos de ellos no tienen empacho en recordar que su primera fidelidad es para con el rey de Marruecos, además de exhibir como enseña su fe musulmana.

En ese sentido, aumentan los ataques y profanaciones contra templos católicos, especialmente en los barrios controlados  de las dos ciudades que controlan los musulmanes.

Hispanidad ha podido saber que la cuestión de la lealtad a España de los soldados españoles de origen marroquí y religión musulmana, preocupa, y mucho, a los mandos españoles, quienes, al igual que la mayoría de ceutíes y melillenses, se sienten abandonados por el Gobierno de Madrid. Se sentían abandonados por el de Zapatero y se sienten abandonados por Madrid.

De hecho, las constantes peticiones para que se aumente el número de efectivos en Ceuta y Melilla, esto es, para que se militaricen las dos plazas, han topado. Tanto en la etapa Zapatero como en la de Mariano Rajoy, con la negativa de la cúpula militar y política, siempre preocupada por no molestar a Rabat.

Y Marruecos responde utilizando a los pobres emigrantes, manejados por las mafias, que es tanto como decir por la policía  y el ejército marroquíes, contra las dos plazas africanas. Al parecer, no pueden detener a los ilegales desde la frontera sur hasta las mismas vallas de Melilla; les detienen entonces, en 'colaboración' con la policía española.

El inefable general Fulgencio Coll, el militar favorito de Zapatero, aún quiso reducir más la presencia militar en Ceuta y Melilla, lo que supone islamizarla más. Exactamente hasta 500 efectivos de combate por plaza. Eso hubiera supuesto la islamización del ejército en Ceuta y Melilla.

Pero a la actual pareja que rige la Defensa española, el ministro Pedro Morenés y el secretario de Estado, Pedro Argüelles, ambos provenientes de  la industria armamentista, lo único que les interesa del Ejército son sus posibilidades empresariales. No están por reforzar Ceuta y Melilla.

Por cierto, en todo el archipiélago canario no hay mucho más de 1.500 efectivos mientras que en Baleares la presencia de tropas es testimonial. Todo un plan de defensa del territorio. Pero lo de Ceuta y Melilla es más peligroso. Marruecos sigue considerando a las dos plazas parte de su territorio.

Y el problema va más allá; recuerden que hemos llegado al soldado funcionario, con plaza en propiedad y capacidad para elegir destino. Por ejemplo, donde cumple el servicio. Ahora los movimientos de tropas y la estrategia militar no se discute con los oficiales ni con los políticos sino con los sindicatos. Bueno, no hay sindicato en el Ejército pero ustedes ya me entienden.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com