Con todo lo anterior, aplaudo la medida de ZP: menos da una piedra y más daño hace. Todo es aceptable con tal de que se ayude a la vida, no a la muerte, con tal de que se apoye a la familia en su reto más hermoso pero más duro y oneroso: la crianza y educación de los hijos.
Ahora bien, el cheque-bebé es justo pero también demagógico. Pocas parejas van a animarse a tener un hijo por una subvención de 3.000 euros -3.500 para madres solteras-. No, lo que hay que aplicar es el salario maternal, un salario que recibirían los padres, todos los meses, hasta, al menos, que se incorpore a la escuela. Y no para que aumente la natalidad, que falta hace, sino porque es de justicia. ¿Quieren conciliar la vida laboral y familiar, especialmente la de la mujer? Pues reconozcan el esfuerzo de los padres, especialmente de la mujer, para tener, educar y criar a los futuros contribuyentes.
Cheque bebé, no: salario maternal.
Eulogio López
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