Sr. Director
Mi confianza en los Ferrocarriles del Gobierno catalán (FGC) se ha venido abajo, tras el choque de dos trenes y cuatro heridos del pasado miércoles.
Por una parte, cada vez surgen más dudas sobre los sistemas de seguridad de la compañía, cuando es el tercer incidente similar que los usuarios de FGC sufrimos en sólo dos semanas.
Y por otra, la gestión del accidente ha sido sencillamente desastrosa, la desorganización total, incapaz de facilitar una solución para los miles de viajeros afectados por el choque: se anunciaron trenes que después no pasaron, no se daba información, esperas de horas, el teléfono de atención al cliente no funcionaba, etcétera.
Si hubiera sucedido un choque de trenes en Cataluña en las líneas de RENFE tendríamos a Carod-Rovira y al resto de consellers exigiendo responsabilidades a "Madrid", pero como ha pasado en sus ferrocarriles los miembros del Gobierno catalán están callados y mirando para otro lado.
María Torrijos
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