El paro registrado en la oficinas del Instituto Nacional de Empleo (INEM) subió en agosto en 13.217 personas, con lo que el número de españoles sin empleo inscritos en el INEM roza ya el 1,6 millones (1.598.392 desempleados, a 31 de agosto). También ha descendido el número de cotizantes a la Seguridad Social y es la primera vez que aumenta el número de parados en lo que va de año: el peor agosto desde 1990.

 

Los sindicatos que apoyan la política económica del Gobierno Zapatero afirman que este sorprendente, por lo negativo, dato del INEM puede tener que ver con el fraude que supone terminar los contratos el día en que los empleados cogen sus vacaciones de verano. Puede ser, aunque se trata de un tipo de fraude de fácil persecución y no compensa la pérdida de empleo en un mes tan proclive a la firma de contratos como es agosto.

 

Desde la patronal hablan de una pérdida de confianza de los empresarios. En primer lugar, porque el crecimiento de la economía española empieza a exhibir síntomas de cansancio, y las últimas cifras de la Contabilidad Nacional (hechas públicas el miércoles 1, así lo demuestran). Y en segundo lugar, y esto es más definitivo, porque las patronales no acaban de entender la política del Gobierno Zapatero. Para ser exactos, no se acaba de entender qué sector del socialismo se están imponiendo en esa política, si el considerado más ortodoxo, como Pedro Solbes o los más amantes del gasto, como el titular de Industria, José Montilla, o el de Trabajo, Jesús Caldera.

 

Además, los gobiernos autonómicos, y especialmente la Generalitat catalana, y sus socios de ERC, exigen un aumento del gasto y de su participación en el reparto de los impuestos. Algo parecido a la cuadratura del círculo.

 

Keynes decía que "si los inversores creyeran que cuando las golondrinas vienen, la Bolsa sube, cuando las golondrinas vinieran, la Bolsa subiría". Quería decir que, en buena parte, economía es psicología.

 

Dicen los expertos que la Encuesta de Población Activa (EPA) refleja mejor que el paro registrado la situación del desempleo en el país. Es cierto, pero el INEM refleja mejor la sensación que los agentes sociales tienen sobre el futuro económico. Al final, lo que todo el mundo espera es cómo se va a resolver la polémica intragubernamental en materia económica. Porque como las presiones para aumentar el gasto público son tan fuertes, la única solución que le quedaría a Solbes sería aumentar los impuestos. Naturalmente, no el IRPF, cuya elevación conlleva pérdida inmediata de votos, sino los impuestos especiales, sobre todo el tabaco y el alcohol.