Grecia es el 2% de la eurozona pero el mundo mundial ha encendido las alarmas para el domingo, elecciones generales en el país mediterráneo.

Los bancos centrales están sobre aviso ante el previsible hecho de que Grecia abandone el euro el próximo lunes. El G-20, lo mismo.

Ahora bien, ¿por qué se iba producir un colapso financiero mundial porque un país abandone el euro, un país que, además, sólo significa el 2% de la eurozona?

Pero si por colapso se entiende que los inversores exigirán cada vez más por la deuda pública, y que su codicia llegue a producir un colapso en los mercados, pues ¿qué quieren que les diga? Bendito colapso.

Porque el problema de la economía en el siglo XXI es que el macho-alfa (o hembra-alfa), el que manda en el mundo es el capitalista, cuya esencia es actuar como rentista, no como productor. Si con el colapso volvemos a empezar de nuevo y pierde el rentista y gana el productor, bendito colapso. Eso sí que sería un nuevo mundo.

Así que dejémonos de palabras graves. Según lo que entendamos por colapso mundial, a lo mejor el colapso es bueno.

Y por cierto, si la solución del G-20, del G-80, de los bancos centrales, etc., consiste en inyectar más dinero en el sistema, entonces me quedo con el colapso. Lo cierto es que fabricar dinero no es la solución a la crisis económica es, precisamente, lo que ha provocado la crisis. Y ahora, declarado el incendio, seguimos intentando apagar el fuego con gasolina.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com