En los Estados Unidos se la considera una verdadera industria. Sin embargo comienzan a aparecer historias de mujeres que han sido explotadas y que han arriesgado sus vidas por los daños sufridos con la sobreestimulación y extracción de óvulos.
Surge así el lado oscuro, secretos y controversias de este comercio. En todo el mundo hay anuncios en los que se solicita a mujeres jóvenes a vender sus óvulos por decenas de millares de dólares. La venta se justifica con un fin humanitario, sosteniendo que estos óvulos servirán "para realizar el sueño de los que sufren la infertilidad".Informa ZENIT.