Sr. Director:
Confieso que me duele ver cómo las octogenarias que asisten a Misa se han aficionado a comulgar en la mano.
Se creerán más modernas, pero se equivocan. Las nuevas disposiciones sobreComulgar en la mano, sin arrodillarse, sin un gesto de reverencia y sin pasar por el confesionario denota una escasa fe y más escaso amor aún, cuando no sacrilegio. Que los sacerdotes sean responsables del bien excelso que entregan y sepan estar a la altura, adoctrinando como conviene a los fieles que él le son encomendados.
Cris Téllez
ctellez88@gmail.com