Soy pesimista con el resultado de las elecciones catalanas. Si gana Convergencia i Unió, como auguran todas las encuestas, probablemente no se va a producir un cambio a mejor.
Con el nacionalismo envalentonado de CiU, próximo a la mayoría absoluta, se seguirá la misma tónica de enfrentamiento con el resto de España emprendida por el tripartito. La única diferencia será el objeto de deseo y confrontación, cambiándose la palabra "estatut" por la expresión "concierto económico".
Nos esperan con CiU cuatro años más de energías perdidas en inacabables discusiones bizantinas aderezadas de victimismo y melodrama nacionalista.
Raquel C. Cañellas