Es llamativo ver a nuestro alrededor a tantos jóvenes españoles en paro, mientras que, al mismo tiempo, vemos a muchos inmigrantes de su edad trabajar en bares, restaurantes, tiendas, consultas médicas, hospitales, etc. etc.
Y es lógico que así sea, porque, desgraciadamente, en nuestros institutos, desde hace más de veinte años, no se está preparando bien a los alumnos de cara a la universidad (en algunas facultades han tenido que crear un curso cero para rellenar lagunas), y menos aún para trabajar en lo manual.
La falta de disciplina, el pasar de curso con pendientes, la no exigencia, etc. han "fabricado" jóvenes irrespetuosos (observen cómo hablan o cómo visten) en unos casos, y, en otros, un poco blanditos. No me extraña que un empresario, al ver al españolito o españolita lleno de piercings, tatuajes, con los pantalones a lo Cantinflas, y hablando cual carretero, se inclinen por contratar al inmigrante.
Me parece que la reforma Wert va en muy buena dirección, pues, cuando se pongan en funcionamiento las reválidas y demás medidas, los chavales se darán cuenta de que se acabó el cachondeo y tendrán que definirse por estudiar en serio, como se hacía antes de la LOGSE, o ponerse a trabajar.
Herrar o quitar el banco. Espero que el ministro no se arrugue y saque adelante las medidas que ha anunciado, que también servirán para mejorar mucho las condiciones de trabajo de los profesores (no tendrán que soportar tanta vejación como ahora, por parte de los alumnos).
Pienso que sería muy conveniente que los profesores las apoyasen, aunque, luego, protesten contra otras medidas, como la supresión de la paga extraordinaria. Me parece importantísimo que distingan entre unas medidas y otras.
Vicnuel Sánchez González