No creo que pesen sobre mí muchas sospechas de entusiasmo al presidente español, Rodríguez Zapatero, pero ahora digo que hay que apoyarle en su renovación impresentable, lo sé, y que, como se ha dicho, modifica las reglas del juego a mitad del partido- de la Comisión Nacional de la Energía para pararle los pies a los alemanes de E.ON.
Veamos: los alemanes han superado la oferta rácana de Gas Natural. Es más, no trocean Endesa, porque tal cual está diseñada la OPA de Gas Natural no se hace una empresa española más grandes, sino que se hace más grandeza a Iberdrola. Si GN no cambia, la opción más justa es la de Manuel Pizarro. Que fracasen ambas opas.
Pues a pesar de todo ello, hay que desear que Zapatero se salga con la suya, porque lo que está en juego no es si E.ON debe hacerse con Endesa o si debe ser Gas Natural. Lo que está en juego es la Unión Europea, y en concreto si estamos hablando de una unidad supranacional o simplemente un grupo de países colonizados por franceses y alemanes, esta ve de forma pacífica.
Porque claro, ver a Chirac y Merkel repartirse el mapa energético europeo, contemplar como los franceses ni liberalizan ni privatizan, pero a España se le obliga incluso a suprimir el voto político de la acción de otro, ver cómo las multinacionales alemanas se apresuraban a crear empresas mixtas hidrocarburos y eléctricas- a toque de corneta público. Los alemanes controlan sus empresas con fortísimas capitalizaciones, participación en el accionariado de los gobiernos regionales, y consejeros cruzados, como una sociedad de mutuo auxilio, entre los presidentes de las grandes multinacionales germanas: Siemens, VW, RWE E.ON, Allianz, Deutsche Telekom, Deutsche Bank, etc.
Si se permite que dos mandatarios presidente francés y canciller alemana- se repartan Europa y utilicen a las instituciones comunitarias como sus representantes, e impongan su criterio mejor, sus intereses- a 500 millones de europeos, la simplemente habría que rehacer Europa. Probablemente desde cero.
Así que Zapatero hace bien en otorgar a la CNE, controlada por él, potestad para parar la OPA. La culpa no la tiene ni E.ON, ni Gas Natural, ni Endesa: la tiene el sistema de toma de decisiones de la Unión. No es una cuestión de huevo, sino de fuero.
Eulogio López