Sr. Director:

La explosión de una bomba en la tarde del jueves en nuestra villa, sólo cinco días después de la de Ribadesella, volverá a desencadenar la retahíla de enérgicas condenas vacías, minutos de silencio, manos blancas y demás tonterías habituales en los últimos años. Volverán también a intentar confundirnos hablando de unidad de los demócratas, cuando hay no pocos demócratas favorables a ETA, y cuando ETA hace su guerra terrorista contra España, independientemente de cuál sea el régimen político imperante.

Desde la Junta Local de la Comunión Tradicionalista preferimos dar gracias a Dios porque esta vez no haya habido víctimas mortales, y expresar nuestros deseos de pronta recuperación para el herido. Además, queremos recordar que no faltan a nuestro alrededor amigos, apoyos, favorecedores e imitadores bien de ETA, bien del nacionalismo vasco en general. (Porque disociar ETA del nacionalismo vasco es una más de las mentiras habituales de los políticos democráticos: el nacionalismo "no violento" no existe).

Propagandistas y apologistas de ETA, jaleados y subvencionados desde el Ayuntamiento y desde el Gobierno autónomo: las "Madres de la Plaza de Mayo", los grupos locales de apoyo al narcoterrorismo colombiano y a grupos similares en Hispanoamérica, la presencia destacada de editoriales de la red de Batasuna en el Salón del Libro Iberoamericano y en la Semana Negra.

Por no referirnos a las estrechas relaciones de Izquierda Unida con Batasuna y sus adláteres (¿o deberíamos hablar de voluntad de emulación?), o de las simpatías conocidas del minipartido, también coaligado con el PSOE en Gijón y en el Gobierno autónomo, "Bloque por Asturies", cuya admiración por los "abertzales" llega a la imitación de su atuendo.

O a la promoción en alguna televisión local y alguna editorial, ambas muy pendientes del dinero público, de ciertos autores empeñados en reescribir la prehistoria y la historia de Asturias según el modelo euzkadiano; autores que unen a su escasa solvencia científica la nula solvencia moral, al haber protagonizado más de un altercado en locales gijoneses por defender a ETA y a sus acciones más repugnantes.

Cuando oigamos a los políticos democráticos que se disponen a poner fuera de la ley al nacionalismo separatista y a restaurar la pena de muerte para los asesinos terroristas, en Gijón y en toda España empezaremos a pensar que tal vez no sean, después de todo, corresponsables de los atentados.

Hacemos constar, por último, que hemos recibido testimonios de adhesión y afecto de parte de numerosos carlistas vascos, muchos de ellos en el exilio por la amenaza de ETA contra sus familias.

Comunión Tradicionalista del Principado de Asturias

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