Ya informamos desde estas pantallas que el juzgado de Instrucción nº 26 había archivado las denuncias presentadas contra el Círculo de Bellas Artes por cobijar la obra de teatro blasfema "Me cago en Dios", de Iñigo Ramírez de Haro. Según fuentes judiciales, el archivo podría obedecer a órdenes recibidas por el juez sustituto encargado del número 26 de Instrucción de Madrid.

 

Las órdenes afectarían no sólo a las 1.300 denuncias presentadas, sino también a las sendas querellas que ha provocado la blasfemia de Ramírez de Haro, autoproclamado "víctima de las religiones". En el juzgado 26 descansan actualmente dos querellas, aunque existe también una denuncia presentada ante la Fiscalía de Madrid, que será también trasladada al juez que conoce el asunto. Pues bien, todas ellas serán también archivadas, previsiblemente esta misma semana.

 

Da la impresión de que la voluntad es tapar el asunto con celeridad, dado que podría salpicar a la cuñada del autor de la basura teatral, Esperanza Aguirre, ya que, en su condición de presidenta de la Comunidad de Madrid, resultaría responsable de haber colaborado financieramente con el Círculo de Bellas Artes y, por tanto, con la mencionada obra. Se da la circunstancia de que la Justicia está recientemente transferida a las Comunidad de Madrid y que Aguirre es responsable última de la organización de los juzgados.

 

La expectación ahora descansa en la argumentación que utilizará el magistrado sustituto del juzgado número 26 para justificar el sobreseimiento de las querellas. En el caso de las denuncias el sobreseimiento es libre, pero para que un juez sobresea una querella debe dar explicaciones de su decisión. ¿Cómo interpretará la aplicación del artículo 525 del Código Penal?

 

Una vez que la autoridad judicial dicte auto de sobreseimiento, cabe la posibilidad de recurso ante la Audiencia Provincial de Madrid, donde se podrán personar todos aquellos ciudadanos que se sientan afectados por la blasfemia irritante de un Ramírez de Haro que propone sandeces como que la religión esté prohibida hasta los 18 años o que "se obligue a los curas y monjas a desfogarse sexualmente al menos dos veces al mes con su correspondiente cartilla". ¿Será posible que la autoridad judicial suspenda esta ofensa a los sentimientos religiosos ahora que el "intelectual" Ramírez de Haro se dispone a representar su "obra" en el Teatro Alfil?