- Medidas de tercera división para llenar un Consejo lleno de virus virtuales.
- El ébola se ha convertido en producto político de consumo interno, eficacísimo para que los políticos muestren su eficacia.
- Soraya no ataca a Ana Mato, pero tampoco la defiende.
- Ponga un ébola en la vida de un Ejecutivo y logrará grandes éxitos electorales.
- ¿Por curar el ébola No, por contar cómo se cura.
Consejo de Ministros del viernes 17 de octubre. Menos que nada: dos desarrollos de la polémica Ley de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), del inefable ministro Wert, quien, como asegura la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, no ha podido acudir porque "está de guardia con las Reyes". Hombre sí, estaba en la 'fiestuqui', término no aceptado por el nuevo diccionario que la Real Academia de la Lengua otorga a sus patrocinadores, porque también la RAE tiene que hacer marketing, pero es que los sectores tampoco daban para más.
Por un lado, el cursillo para ser director de cole público, un tipo que va a tener más poder que antes de la Ley Wert. Por otro, las nuevas titulaciones de formación profesional básica.
Segunda medida: un contrato único de servicios de telecomunicaciones para la Administración central del Estado. 282 millones de euros, que no está mala pero tampoco es como para matar por ello. Sáenz de Santamaría lo presenta como una medida de éxito y ahorro. Puede ser, pero lo cierto es que facilitar telefonía fija, móvil e Internet a la Administración central, a toda ella, supone que sólo las grandes telecos podrán hacerse con el negocio.
No, durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, no brilló ¡ni Cataluña! Bueno sí, la monserga habitual sobre las nuevas ocurrencias de la Generalitat sobre las que Soraya exaltó una nueva originalidad: "Ley y diálogo". Gran sorpresa entre los presentes.
¿Y el resto Ébola. ¿Para qué vamos a gobernar si hasta los periodistas catalanes ya sólo preguntan por el ébola Soraya está feliz: ha aprendido mucho de virus, análisis, días de espera, regeneraciones, etc.
No dice que la titular de Sanidad, Ana Mato, vaya a ser cesada pero tampoco se preocupa en enaltecer su figura. Todos saben, y repiten, que ha sido ella quien ha salvado al Gobierno informando con puntualidad prusiana, y reiteración asimismo prusiana, que estamos en el día 21 de la muerte del misionero García Viejo y que, por tanto, ya no puede contagiarse nadie que haya estado con él. El único agente de contagio que resta es Teresa Romero y todas las pruebas de posibles infectados han resultado negativas.
Aquí tenemos a la doctora Soraya informando al respecto: "Lo importante es tener preparados los mecanismos".
Tampoco nos sabe decir si se cederá la base aérea militar de Gran Canaria ni las condiciones de la cesión de Rota y Morón. Porque la verdad, ni Soraya ha sabido explicar por qué Rajoy no fue invitado por Barack Obama a la teleconferencia -con ella se arregló el ébola en el Planeta- de máximos mandatarios mundiales sobre el ébola, siempre que España es uno de los países afectados.
Pero es igual. El ébola es un producto de consumo interno de gran efectividad política. Ponga usted un ébola en un Ejecutivo y comprobará los réditos políticos. ¿Por curar el ébola No, por contarlo. A Soraya le va genial.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com