- Medidas para promocionar el alquiler frente a la vivienda en propiedad. La pregunta es ¿por qué
- Y la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, se enerva cuando le preguntan por la paralizada reforma del aborto: siguen esperando informes. Ridículo y patético.
- Ley de mutuas: una norma para los ciudadanos, y contra el absentismo laboral.
- El Gobierno se nos vuelve derrochón. Ahora la moda es incrementar el techo de gasto, por ejemplo para el ejército: ¡Cosas veredes, Sancho!
- En el Consejo deliberante previo, con Felipe VI, el Rey recuperó el término 'bien común'. A lo mejor era una alusión.
Consejo de Ministros del 18 de julio. Comparecen una cada día más crispada Soraya Sanz de Santamaría, junto a las ministras de Trabajo, Fátima Báñez y la titular de Fomento, Ana Pastor. (Ambas en la imagen).
Un consejo que tuvo dos partes: el deliberante, con SM el Rey Felipe VI, en Zarzuela, y el resolutivo, bajo la presidencia de Mariano Rajoy, en Moncloa. En el primero, Felipe VI recuperó el concepto de 'bien común', que no es poco. El asunto es por qué el monarca consideró que ese concepto, uno de los valores no negociables del Papa emérito Benedicto XVI, resultaba necesario en ese momento.
Vamos con el Consejo 'en serio', el de las resoluciones. Por de pronto: proyecto de ley refundido de la Seguridad Social: mutuas, enfermedades empresariales y cese de actividad de los autónomos. Báñez habla de mejorar las prestaciones a los ciudadanos, pero lo preocupante de ese híbrido llamado mutua, creación empresarial pero con dinero público, lo cierto es que lo que preocupa es el absentismo laboral, una de las lacras de la economía española. Bajó con la crisis, por el miedo al despido, pero ya está repuntando otra vez. Ya saben, el catarro que no me permite ir a trabajar hoy.
Por lo demás, más facilidades para los autónomos que cesan su actividad. Hombre sí, pero les recuerdo que la prestación será tan baja como baja es su contribución. Si eres autónomo, querido amigo, lo mejor es que no te pongas enfermo, como en el chiste más contado en el sector.
Luego llega Ana Pastor, titular de Fomento. El problema de esta persona de confianza de Rajoy, y de desconfianza de la vicepresidenta Soraya, es que, como le ocurre al presidente, no sabe idiomas. Por eso es tan difícil colocarla en la Comisión Europea, donde la gente no piensa pero no lo hace en distintas lenguas.
Pastor ha presentado un plan para fomentar el alquiler de vivienda y la rehabilitación urbana. El español siempre ha tendido, y ha realizado grandes esfuerzos, a la vivienda en propiedad. Para el español, su casa es su patrimonio. Entonces, ¿por qué hacernos anglosajones
Y luego viene la guinda de la tarta. En el colmo de la horterada, Pastor, para referirse a las familias que pueden ser ayudadas a vivir en alquiler, habla de "unidades de convivencia". O sea, todavía más cursi que su vicepresidenta. Por cierto, ¿mi perro y yo formamos una unidad de convivencia y podemos solicitar un alquiler, señora ministra
Para ver quién puede acceder a proyectos de rehabilitación de su vivienda o a financiar parte de su alquiler se utiliza el IPREM, esa maravillosa creación virtual, un indicador que indicia las subvenciones, becas y otras prebendas… según le venga en gana al Gobierno. Sustituyó en su momento al salario mínimo interprofesional, mínimo pero real. Eso sí, para curarse en salud, en 2013 el Gobierno no sólo congeló el real SMI sino también el virtual IPRAM. ¿A que mola
¡Ah!, por cierto, el Gobierno está en plan derrochón. La última moda consiste en incrementar los techos de gasto. Nada, que nadamos en la abundancia. Por ejemplo para el Ejército, con la construcción de dos nuevos buques de acción marítima: 166 millones de euros cuesta cada uno. Estarán listos en 2019.
Otro incremento del techo de gasto previsto para multiusos, lo que antes se llamaban créditos extraordinarios. Esta vez para líneas marítimas: por ejemplo, península Melilla, que están subvencionadas. El Gobierno se pone alegre.
Turno de preguntas. Si quieren ustedes poner histérica a la portavoz más caracterizada del PePe-Progre pregúntenle por la ley de aborto. Lo hizo un periodista, preguntándole si la ley iba a comenzar su tramitación parlamentaria -sí en casi el tercer año de legislatura- en este mes de julio. Una vicepresidenta metida a cínica se empeña en referirse a los informes sobre la norma, que todavía no han llegado. Ridículo y patético. Esto, a 40 grados en el julio madrileño, no se debe decir. Y cuando el periodista se permite la licencia de intentar repreguntar la vicepresidenta está a punto de perder los papeles. ¡Malditos chupatintas!
Todo sea por el bien común, pero yo creo que esta mujer necesita unas vacaciones.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com