La encuesta de El País -y no se hablaba de otra cosa el lunes- certifica que ha calado en la ciudadanía la idea de que Zapatero no es capaz de afrontar la crisis económica y la sensación de que se ganó el 9M a través de una mentira
Ni el control mediático deEl primer día laboral de la semana ha constituido en el mundo económico madrileño la resaca del doble estudio de opinión publicado por el diario El País el domingo y el lunes. Ha sido la puntilla de un rumor latente, de una convicción cada vez más generalizada: la idea de que Zapatero es un gobernante para época de vacas gordas pero no para tiempos de crisis. Cuando se trata de elevar a matrimonio la cohabitación de persona del mismo sexo bien, pero para sacarnos del crisis no. Más del 60% de la misma ciudadanía que le dio la victoria electoral hace cuatro meses, no le cree capaz de superar la crisis. Con ello cunde, además, la sensación de que la victoria electoral se consiguió gracias a la mentira de que no había crisis, si acaso, desaceleración acelerada.
Y no se trata de una venganza de El País por el trato de favor de La Moncloa a Mediapro (concesión de medalla a Miguel Barroso incluido). De hecho si se lee la propia publicación hay que concluir que PRISA ha dulcificado en titulares los datos del sondeo, y ni tan siquiera ha perdido ocasión de debilitar al Partido Popular resaltando la enrome popularidad del alcalde de Madrid Alberto Ruiz Gallardón, el personaje del Partido Popular más odiado por los votantes del PP.
Llueve sobre mojado, porque en el mundo empresarial es un secreto a voces. La impotencia de ZP ante la crisis, e incluso la sensación de huida que proporciona con sus viajes al extranjero. Así, y aunque en toda la historia de la democracia ha habido un presidente que haya alcanzado tal control mediático como Rodríguez Zapatero, la convicción sobre su incapacidad crece, también en el propio seno del PSOE, que hace apenas 10 días le entronizara. Así, José Blanco, su mano derecha en el Partido, empieza a pedir reacciones ante la soledad del PSOE en el Parlamento. La ecuación sigue siendo la misma: PSOE CIU, la misma que pretende Mariano Rajoy (es decir, PP CIU). Y ZP lo tiene aún más difícil que su contrincante, porque la única condición de CIU para pactar es que Artur Mas recupere la Presidencia de la Generalitat, y Montilla no está por la labor.
Pero es el mundo económico, siempre cobarde a la hora de hablar en voz alta, quien con más intensidad murmura. No sólo los empresarios, sino los sindicatos. Así es conocido José María Fidalgo, secretario general de Comisiones Obreras, que considera a ZP un incapaz, y le ha reprochado varias de sus medidas económicas como, por ejemplo, el no a la energía nuclear. El propio Cándido Méndez se las ve y se las desea para mantener su lógica línea de apoyo al partido en el que milita y, lo más curioso de todo, el único que aplaude al Ejecutivo es el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, pues necesita el apoyo del Ejecutivo para ese dolor de cabeza llamado Aerolíneas Argentinas (ARSA), un apoyo que, además, le puede costar su cargo al frente de la patronal.
Bancos, telecos, eléctricas, petroleras, empresarios y sindicaos, a lo que hay que sumar, ahora, la mayoría de los encuestados: nadie cree en la capacidad de ZP ante una crisis económica. Por si fuera poco, en el Gobierno ya se habla de ministros "sociales" frente a "tecnócratas". Los sociales serían el propio ZP, la vicepresidenta primera, De la Vega y el lobby feminista, representado principalmente, por Carme Chacón, Bibiana Aído y compañía, mantienen a raya a los "tecnócratas", es decir a Pedro Solbes, Miguel Sebastián o el propio Celestino Corbacho. Especialmente Sebastián, el más capidisminuido de todos.