Desde que el Banco de España recopila este dato, nunca se había registrado una morosidad de la banca del 9,86%. Sin duda, un mal dato. Pero peor, si cabe, es la perspectiva de que continúe esta tendencia en los próximos meses, concretamente hasta que no mejore la economía española.
En junio, la tasa de impago fue del 9,42%, y en julio de 2011 fue del 6,93%. De esta manera, los créditos morosos totales del sector financiero español crecieron en casi 1.000 millones de euros en el mes de julio en relación al mes de junio.
Andrés Velázquez
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