Los periodistas romanos fueron los que inventaron lo de Huracán
Wojtyla, y ahora a su sucesor,
Benedicto XVI, le califican como Benedicto el Breve. Con ello, no presagian un Pontificado corto, que a lo mejor alguno se lleva una sorpresa, sino que aluden a su retórica alemana: breve, concisa y concreta. Para decir las cosas claras, tampoco se precisan muchas palabras. Así, al recibir a los obispos de Sudáfrica, Botswana, Swazilandia, Namibia y Lesotho en visita ad limina,
Benedicto XVI les aclaró que la castidad y la fidelidad son los úncios métodos, y los únicos eficaces, para evitar el SIDA. Es decir, que sobra una letra en la estrategia ABC: sobra el condón.
Benedicto XVI, además, aclaró que La enseñanza tradicional de la Iglesia ha demostrado ser el único mecanismo de seguridad para prevenir la difusión del SIDA. Por esta razón la compañía, la alegría, la felicidad y la paz que proporcionan el matrimonio cristiano y la fidelidad, y la garantía que da la castidad, se deben presentar continuamente a los fieles, especialmente a los jóvenes.
Claro, concreto y conciso. Yo, al menos, le entiendo bastante mejor que a todos los clérigos cuando hablan de condones y profilácticos.
Eulogio López