• Silencio en los medios diplomáticos sobre la liberación de los dos cooperantes españoles y la cooperante italiana, a pesar de que todos saben que se ha pagado el rescate.
  • No sólo eso, sino que Al Qaeda exige también la liberación de terroristas detenidos.

Un día después de la liberación de los dos cooperantes españoles, Ainhoa Fernández de Rincón y Enric Gonyalons -así como de su compañera italiana- la comprensible alegría de las familias de los cooperantes liberados coincide con el silencio en los medios diplomáticos acerca de la liberación. Silencio que se refleja en el hecho de que los pocos diarios internacionales que tratan el asunto lo hacen con una sucinta mención.

Este silencio oculta una realidad tan evidente como terrible, que no es otra que Occidente ha cedido de manera definitiva al chantaje del terrorismo islámico, ya que se han apagado definitivamente todas las voces que, al menos, apelaban, a una reflexión acerca de si alguna vez habría que negarse a aceptar el chantaje e intentar la opción más arriesgada pero al mismo tiempo más adecuada para las naciones democráticas, rescatar en operaciones militares a los secuestrados.

No obstante, la rendición al chantaje ha generado que los propios terroristas se sientan cada vez más fuertes y ya no sólo exijan el pago de rescates millonarios, sino que también exigen la liberación de otros terroristas encarcelados, lo que a la larga genera más inseguridad en la zona y generará todavía más secuestros. El mejor ejemplo de que las naciones occidentales viven inmersas en el síndrome de Estocolmo es el propio ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel García-Margallo (en la imagen), tan bravucón en otras ocasiones, quien se ha negado a contestar a la pregunta de si ha pagado España el rescate o no. ¿Por qué será?...

El consenso es generalizado. Occidente nunca se resistirá al chantaje de los terroristas islámicos, con lo que es inevitable que los secuestros van a continuar aumentando día a día, ya que como se viene demostrando en los últimos años, el secuestro de un ciudadano occidental es una gran inversión, ya que se obtiene una gran cantidad de dinero y, además, se consigue la liberación de otros compañeros terroristas encarcelados.

Todavía existen cooperantes españoles secuestrados en países de África como Somalia, la pregunta es clara: ¿Cuánto cederá el Gobierno español para que sean liberados?

Gabriel López

gabriel@hispanidad.com