Descoordinación provocada, al menos, por dos razones: la primera porque don Mariano Rajoy es gallego y lleva a gala el despistar a la prensa. Así, nos encontramos con, por ejemplo, un ministro de Industria que se enteró de su nombramiento en el gimnasio -se cuida mucho este hombre, la patria le necesita-, un par de días antes de hacerse público y un día después ya estaba concediendo entrevistas a los medios sin aprenderse, no ya la lección, sino los títulos de los capítulos. Por ejemplo, en materia energética.
Y así es como el tejido empresarial español ha empezado a ponerse nervioso y decir maldades, cosa muy extraña en este colectivo. Hablan y no paran del ministro 'Tontoro' y del responsable de Economía, don Luis de Windows.
La verdad es que Montoro no tiene un pelo de tonto ni es un "socialista de Derechas" y Luis de Guindos no es ningún visionario a lo Bill Gates. Ocurre que el señor presidente, por imperativo alemán, se ha empeñado en dirigir la política económica y, de paso, todas las políticas correspondientes a su cargo y entones ha surgido la jaula de grillos. Nadie sabe qué reforma bancaria se va a hacer ni cuáles serán los recortes reales en las comunidades autónomas. En RTVE los socialistas le toman el pelo al Partido Popular y en el capítulo de nombramientos de progres recalcitrantes, como la secretaria de Estado de Investigación, la abortista Carmen Vela.
Nadie sabe qué va a pasar con la política energética ni cuál será la reforma educativa. Tampoco sabemos qué va a pasar con el déficit de tarifa energético. En definitiva, un follón.
Coordinación, Mariano, coordinación.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com