La realidad evidencia que el dominio de las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS), no ligadas al VIH, los condones no consiguen dar una respuesta concluyente puesto que no logran la adecuada seguridad frente a muchos padecimientos.
Los contagios por roce cutáneo, como la ponzoña del papiloma humano, la infección del herpes o la sífilis se contagian a pesar de los preservativos.
Las secuelas de estas dolencias producen diversos tipos de carcinoma y disfunción crónica sexual.
¿No les parece que después de los infinitos fracasos, el imaginario sexo seguro, precisa ser substituido en apoyo de estrategias sanitarias verosímiles?
Clemente Ferrer Roselló
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