Fue el Partido Popular quien inventó el déficit de tarifa eléctrico: en pocas palabras, para que pareciera que la luz costaba menos de lo que realmente cuesta, el Gobierno reconoce a las compañías eléctricas una deuda que podrán pagar con cargo a tarifas ulteriores.
En ese déficit entran un montón de conceptos, el más importante de los cuales son las subvenciones a las energías renovables, especialmente la termo-solar, una verdadera ruina. Ahora mismo, el Gobierno debe a las eléctricas 9.000 millones de euros, 14.000, si contamos lo ya titulizado (un gasto más porque implican financiar el déficit), y esto tiene trazos de no acabar nunca.
Como ha llegado la crisis, el Gobierno, es decir, el moroso, se niega a liquidar la deuda e incluso se hace más remolón, mientras la Comisión Nacional de la Energía muestra una especial impericia para no acelerar las titulizaciones, que no es más que una solución de urgencia, pero...
El problema estriba en que la defensa de las grandes compañías eléctricas ante la morosidad gubernamental (verdadero señor Manolo de 13, Rue del Percebe) ralentizan sus inversiones -cuando no sus pagos- con lo que quien acaba sufriendo la morosidad gubernamental es la contrata o pyme de las endesas, iberdrolas, fenosas, etc., que sencillamente dejan de pagar a los proveedores.