Sr. Director:

Pienso que Sr. Vicente Ferrer en su comentario "Política sin Dios", tiene mucha razón al decir, entre otras cosas que: "No se puede gobernar para el bien común si no se respeta a Ley Natural grabada por Dios.". Y que: "Los católicos españoles, confían que con la ayuda de Dios, salgan algún día políticos íntegros que defiendan estos principios y pongan fin a esa política sin Dios, deshumanizadora y anticristiana.".

Yo soy cristiano y practicante (lo aclaro aunque la verdad es que nunca he comprendido como se puede ser cristiano sin practicar el Evangelio), pero no católico (y digo lo presente sin ningún ánimo de crítica ni de juicio hacia nadie), pero confío en que todos los cristianos españoles se den cuenta de que no es tarea de Dios el votar políticos íntegros para que nos gobiernen, sino que somos nosotros, los hijos de Dios en la tierra, y sobre todo los que hemos aceptado el discipulado de nuestro Señor Jesucristo (por eso somos llamados cristianos), los que debemos hacer lo necesario para que nos gobiernen esos políticos íntegros que menciona el Sr. Febrer.

Estoy de acuerdo con el Sr. Eulogio cuando dice que: ". Los católicos no practicantes pueden ser juzgados con más severidad que agnósticos ateos y paganos, no son ni fríos ni calientes.", porque las Escrituras son bien claras al respecto". A los tibios los vomita Dios", "os diré que no os conozco", etc.

Creo que dentro del orgullo que afecta a la comunidad cristiana hay muchos subvalores claramente negativos (como la ambición, el egoísmo, la avaricia, la envidia…), que todos podemos fácilmente detectar y que son muy destructivos; pero hay otros que aunque no son tan claros son mucho mas dañinos y perniciosos, como la desidia, la apatía y la comodidad. Creo que todos los cristianos (no solo los católicos), de este país debemos hacer un esfuerzo de humildad y ponernos a trabajar; debemos dejar de una vez por todas de "negar al Señor". ("Antes que cante el gallo me negarás tres veces"), porque cada vez que nos callamos ante una injusticia, estamos negando al Señor; cuando permitimos las leyes que estamos permitiendo, estamos negando al Señor; cuando callamos ante la incoherencia de nuestros gobernantes, estamos negando al Señor.

Recordemos que tenemos la maravillosa herramienta de la oración a nuestro alcance, pero no le pidamos al Señor que nos haga aquello que nosotros debemos hacer; recordemos esa frase tan popular de: "A Dios rogando y con el mazo dando", recordemos que también se peca (y a veces muy gravemente), por omisión; pidamos fuerza y valor para cumplir con nuestro deber de cristianos (puesto que: "A quien mucho se da, mucho se le requiere"), y retomemos las riendas de esta sociedad que ahora está en manos de hermanos nuestros enfermos y equivocados, porque nuestros descendientes juzgarán lo que hoy nosotros hagamos o no.

Ángel Garnelo

angelgarnelo@grupoaei.com