El consejero delegado de Hochtief recurre al desprecio para rechazar la OPA de ACS

Los alemanes se ponen nacionalistas y aplican la ley del embudo. De la misma forma que protestaron en su día por el rechazo a que E.ON se hiciera con Endesa, protestan ahora por el hecho de que ACS haya lanzado una OPA sobre Hochtief y lanzan frases como la del consejero delegado de la compañía: Sería grotesco que Hochtief pasara a estar controlada por un grupo español que ha aumentado su tamaño gracias a fondos aportados por otros países europeos, incluido Alemania, señala Herbert Lütkestratkötter al diario alemán WirtschaftsWoche. El consejo de vigilancia apoya a Lütkestratkötter y 500 empleados se han manifestado ante la sede de la constructora alemana contra la OPA de ACS. La cuestión es muy sencilla: si la oferta es mala ¿por qué no dejar que los accionistas la rechacen?

Por si acaso, Hochtief planea una ampliación de capital para protegerse. Tendrá que ser una vez superada la actual OPA, porque la ampliación no puede realizarse con una oferta en marcha.

El episodio recuerda demasiado al rechazo de los franceses de Eiffage a la entrada de Metrovacesa, a los que se refirieron despectivamente como los naranjeros. De modo que para franceses y alemanes la UE está muy bien cuando una de sus empresas se come a la de otro país, pero cuando no es así sacan a relucir los fondos de cohesión, como una especie de peaje que les permite campar por sus respetos por Europa. Lo de los fondos no sólo es falso, sino que, de ser así, el precio pagado a cambio sería demasiado caro.

Mariano Tomás

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