Sr. Director:

Pasan del millón los abortos en España desde 1985, en que se aprobó una ley de aborto que ha sido un coladero.

Sabemos que muchas mujeres sufren por el bebé muerto, al que no pueden sacar de su cabeza ni de su corazón. En momentos de confusión, fueron presionadas por su ambiente y movidas, también, por la amarga soledad. Desde la Asociación Evangelium Vitae, hacemos nuestras estas palabras del Papa: «Una reflexión especial quisiera tener para vosotras, mujeres que habéis recurrido al aborto. La Iglesia sabe cuántos condicionamientos pueden haber influido en vuestra decisión, y no duda de que en muchos casos se ha tratado de una decisión dolorosa e incluso dramática. Probablemente la herida aún no ha cicatrizado en vuestro interior. Es verdad que lo sucedido fue y sigue siendo profundamente injusto [es decir, que el aborto es un acto grave por cuanto destruye a un ser humano no nacido].

Sin embargo, no os dejéis vencer por el desánimo y no abandonéis la esperanza. Antes bien, comprended lo ocurrido e interpretadlo en su verdad. Si aún no lo habéis hecho, abríos con humildad y confianza al arrepentimiento: el Padre de toda misericordia os espera para ofreceros su perdón y su paz en el sacramento de la Reconciliación [la Confesión]. Os daréis cuenta de que nada está perdido y podréis pedir perdón también a vuestro hijo que ahora vive en el Señor.

Ayudadas por el consejo y la cercanía de personas amigas y competentes, podréis estar con vuestro doloroso testimonio entre los defensores más elocuentes del derecho de todos a la vida. Por medio de vuestro compromiso por la vida, coronado eventualmente con el nacimiento de nuevas criaturas y expresado con la acogida y la atención hacia quien está más necesitado de cercanía, seréis artífices de un nuevo modo de mirar la vida del hombre» (Juan Pablo II. Evangelium Vitae).

Cristina Fuente Martínez

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