Hasta el almirante Carrero Blanco -¡Qué vergüenza, don Luis!- llegó tarde al Consejo porque había estado contemplando en al tele el histórico momento, pendiente de las palabra de Jesús Hermida. Y claro, como Hermida es interminable en sus palabras y gestos...
Esto explica la tardanza del Estatut. ZP esperaba, como el anterior jefe del Estado, que Obama llegara a Marte para que el Tribunal Constitucional aprobara el Estatut. Pero el hombre de la Casa Blanca le ha fallado, no ha podido esperar más y, como no ha podido hacer virrey a Montilla, se ha conformado con aprobar la cosa del dinero. Pero claro, no tenía un Apolo XI para despistar.
Eulogio López
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