No voy a llamar cerdos a los mandamases de la multinacional alemana Schering porque el marrano es un animal noble, un poco guarro, de acuerdo, pero noble y muy eficaz. Y los dueños de Schering ni tan siquiera son puercos comestibles. Me explico:

 

La prensa española de hoy viene marcada por un impactante titular: el 50% de las menores embarazadas aborta. Y, por supuesto, el 99% de esas menores (y de las jóvenes, y las adultas) se acoge al supuesto del riesgo psíquico.

 

Un alma bien intencionada (sí, existen) podría pensar que un titular así, alberga una llamada al buen sentido, un intento de que no se trivialicen  las relaciones sexuales y acentúe el compromiso…

 

Pues no. Se trata de la mueva campaña de la cultura de la muerte. El Consejo Superior de Investigaciones científicas (CSIC) le publicita a la multinacional farmacéutica alemana Schering, líder en todo tipo de píldoras antibaby y, especialmente, en la píldora del día después (comercializada en España con el nombre de Norlevo, a 18 euros el envase). Schering financia al CSIC, ahora controlado por el Gobierno Zapatero, y a cambio el CSIC pone todo su prestigio y todas sus mentiras para que Schering aumente sus beneficios y mejore su cotización en Bolsa.

   

Un detalle, a costa de matar gente en el útero materno, Schering ha conseguido durante el primer trimestre del ejercicio unos beneficios de 129 millones de euros sólo durante el primer trimestre del año. El cerdo mayor, también conocido como presidente del Consejo de Administración de Schering, Hubertus Erlen, está muy feliz, porque el excedente ha mejorado un 2% respecto al mismo periodo del año anterior. Es más, el cerdo Hubertus manifiesta que "gracias a un sólido crecimiento del negocio y una estricta gestión de costes se han logrado compensar los efectos negativos derivados del cambio de divisas". Como pueden ver, todo de lo más profesional.

 

El CSIC, como creo haber dicho antes, pone al servicio de Schering (el que paga manda) sus mentiras no fácilmente recusables. Por ejemplo, insiste en que la píldora postcoital no es abortiva. Y tiene mucha razón: si la mujer no se ha quedado embarazada, la Norlevo no mata a nadie. Eso sí, si se ha quedado embarazada, pues entonces sí. Ergo, la afirmación "la Norlevo no es abortiva" no es del todo falsa. Sólo a medias, según y cómo. O sea, muy científico.

 

Para vender más pildoritas, el cerdo Hubertus no sólo cuenta con el apoyo del PSOE de Zapatero, sino también del PP de ¿Rajoy? Así, el ilustre alcalde Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, no deja de comprar Norlevo en grandes cantidades, para demostrar que la derecha tampoco discrimina por razón de dinero, y que nuestro buen alcalde está dispuesto a comprarle al cerdo Hubertus miles y miles de pildoritas para las escolares y bachilleres madrileñas, sin necesidad, hay que proteger la intimidad, de que sus padres se enteren.

 

En España, es la distribuidora Alcalá Pharma, quien se encarga de distribuir la pildorita que fabrica el cerdo de Berlín, de nombre Hubertus, como creo haber dicho antes.  El gerente de Alcalá Pharma, otro puerco cuyo nombre no recuerdo, es el mismo que se manifestaba tan ferviente admirador de la libertad que se mostraba dispuesto a distribuir píldoras para suicidarse, eso sí, con tal de que la comisión fuera la adecuada. Y es que hay algunos para los que la filosofía más profunda es el libre mercado. Y estos no son puercos. Los puercos son gente mucho más honrada, donde vas a comparar. Por cierto, en la sección cartas al director pueden ver la alerta del portal "hazteoir.org" sobre esta misma cuestión, así como la denuncia del portal peruano "tercerefecto.com".

 

Eulogio López