Al igual que el PSOE, el Partido Popular ha entrado en campaña. En estos momentos elabora un programa electoral para las generales del 2008, con el alma partida entre una vieja guardia, pongamos Ángel Acebes, que insiste en hacer de ETA el eje de la campaña, y que, si les dejaran, acabarían volviendo a la Teoría de la Conspiración del 11-M. Los más jóvenes aconsejan a Rajoy, por el contrario, que se centre en la economía, ahora que vienen las vacas flacas y la especulación estalla en las manos de la clase media. Juan Costa y Ana Pastor, coordinador oficial y coordinadora oficiosa del programa, se las ven y se las desean para hacer equilibrios en el aire, justamente ahí: en el aire.

Ahora bien, si reparan un momento, contemplarán que en ninguno de los debates internos del PP se mencionan algunos de los grandes avances protagonizados por los socialistas, aquellos que, a nivel popular, han marcado la legislatura zapateril. El PP, siguiendo su inveterada costumbre, ha hecho lo que corresponde al centro-reformismo, es decir, a la derecha acomplejada: asumir las barbaridades del adversario y pasar página. Aznar hizo lo propio en 1996 con la ley felipista de 1985 que liberalizó el aborto en España y que ha convertido a la vieja Iberia en el paraíso mundial del infanticidio. No la tocó, y los asesinatos continuaron creciendo a fuerte ritmo hasta los 100.000 abortos actuales.

¿Cuál es el problema? Pues que la política es, como el periodismo, como casi todo en la vida, un asunto de referencias personales, de testimonio. Y que nadie da lo que no tiene. Tampoco los líderes populares.

A los ejemplos me remito:

1. En el PP no se habla de reformar las leyes del divorcio express y del gaymonio, aquellas que provocaron dos años atrás una de las manifestaciones multitudinarias más impresionantes que haya conocido España. Testimonio: ¿Cómo va a revocar un gobierno del PP el homomonio si su estrella ascendente, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, se dedica a ejercer como gran ‘sacerdotiso' en enlaces sarasetas?     

Lo del divorcio-express es aún peor que el gaymonio, aunque resulta menos atrabiliario y más aceptable para los bienpensantes (¡Dios nos libre de los bienpensantes!). El virus más letal de esta ley no consiste en que te puedas divorciar en tres meses, sino en desvincular el matrimonio, religioso o civil, de cualquier tipo de compromiso entre los contrayentes. Y el matrimonio, o la convivencia de pareja no es más que eso: un voto, un compromiso, un acuerdo. Recuerden las proféticas palabras de la vicepresidenta De la Vega: "A nadie hay que preguntarle por qué se divorcia". Probablemente ésta sea la mayor burrada pronunciada por un político en toda la historia democrática, pronunciada… mientras el PP mantenía un escrupuloso silencio. Además, el divorcio-express forma un cóctel explosivo con otra ley majadera de ZP: la de violencia de género, que ha instalado el femi-nazismo. En España la degradación de la familia ha llegado a tal puno que el número de divorcios comienza superar al de matrimonios. El saldo neto, que diría un estadístico, apunta hacia la exterminación (lo que no sucederá, por supuesto).

¿Revocará el PP el ‘divorcio express' ¿A que no se lo imaginan?   

2. La combinación de dos leyes canallescas. Reforma de la fecundación in vitro e Investigación biomédica- ha roto todas las fronteras conocidas: España se ha convertido en el matadero de embriones humanos más codiciado del planeta, Reino Unido incluido. La ministra Elena Salado pasará a la historia como un personaje tenebroso, cuando la humanidad supere la actual fase de enloquecido genocidio prenatal.

¿Revocará el PP estas dos ‘leyes' Les recuerdo que cuando se aprobó la reforma de la fecundación in vitro, la ex ministra de Sanidad del PP con José María Aznar, Ana Pastor recordó que ellos, el PP, había comenzado la matanza con su decreto del 25 de julo de 2003. Estaba orgullosa la chica de lo conseguido.

3. LOE y Educación para la Ciudadanía. La LOE aún producía más vagos y situaba a Cristo fuera de las escuelas. Con Educación para la Ciudadanía, ZP sustituía a Cristo como papa-rey de la iglesia civil de España. La ley educativa del PSOE provocó la manifestación de protesta más importante de la última década, que el PP aprovechó con entusiasmo. ¿Creen ustedes que el PP revocará la LOE o que simplemente pondrá sus retoques y mantendrá el sistema de conciertos como su gran logro en materia educativa? Eso es lo que pregona Esperanza Aguirre.

La pregunta continúa siendo la misma: ¿Qué leyes revocará el PP si alcanza el Gobierno?

¿Alternativa? Un partido que defiende los principios cristianos, naturalmente, y que, en una primera fase, al menos obligue al PP a rectificar.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com