Las campañas contra y a favor del aborto deberían ilustrarse con fotos y vídeos sobre estas intervenciones.
Deberían dar testimonio las mujeres que han padecido o padecen síndrome postaborto. Deberían hablar los colectivos de síndrome de Down; o los padres que tienen niños como el de Bertín Osborne.
Solo así una mujer puede firmar el consentimiento informado que exige la ley. Si es un derecho, qué menos que saber todos los pormenores. No sé cómo saldrá de esta el Gobierno; si el aborto seguirá siendo un DERECHO, si volverá a ser DELITO o si se aplicará la pena de muerte a los bebés en gestación con malformaciones.
El Gobierno no puede dar más largas, aún queda mucho tiempo para autonómicas y municipales y más para las generales; suficiente para que el votante olvide y se le pueda engatusar con una bajada de IRPF o algún golpe de efecto típico de prestidigitador de chistera, relacionado, eso sí, con lo económico, que es lo único ante lo cual nos mostramos sensibles.
Es un gran reto para el Gobierno. Sin duda, la reforma de la ley del aborto marcará un antes y un después para el Partido Popular. Por eso, intentará ralentizar el trámite parlamentario lo más posible. Mientras tanto, los bebés gestantes siguen corriendo peligro.
Juan García