La renuncia de Fidel Castro abre las puertas a una Transición en la isla. La disidencia cubana espera cambios políticos e institucionales, no personales
En la mañana de este martes desayunábamos con la noticia de la renuncia de Fidel Castro al puesto de comandante en jefe y presidente del Consejo de Estado. La renuncia se producía 5 días antes de que el Parlamento le reafirmase como jefe del Estado por cinco años más. No obstante, hay un matiz: Castro permanecerá como jefe del Partido Comunista, que no es poca cosa.La reacción de la disidencia ha sido algo dispar. Algunos, como la Asociación Española Cuba en Transición opinan que la presencia de Raúl no permite cambiar las cosas y que más allá de las personas lo que hace falta es que se produzcan los cambios políticos e institucionales. A saber: libertad de prensa, política y de mercado. Es la posición mantenida por uno de los presos liberados recientemente y extraditado a España. "Si sigue Raúl todo va a seguir igual", señala a Hispanidad.
Por otra parte, la Asociación Española Solidaridad con Cuba y el eurodiputado Manuel Ribeiro de Castro, consideran que la renuncia de Fidel abre las puertas a una Transición política en la isla. Probablemente tienen razón ambos: abre la puerta de la esperanza, pero en la exigencia de que los cambios se empiecen a producir ya.
Por otra parte, el líder del Movimiento Cristiano de Liberación, Oswaldo Payá señala que la renuncia de Fidel "pone fin al poder de cinco décadas de un hombre". En su opinión, su sustituto debe ser "el pueblo soberano" y hay que comenzar ya a trabajar por reformar las leyes "para que los cubanos tengan derechos": reforma de la Ley electoral, elecciones libres y liberación de presos "pacíficos". Pacíficos, porque no todos los presos políticos lo son. De hecho los otros tres liberados son presos comunes.
Payá desea que se abra una nueva etapa de "concordia", en la que "no haya enfrentamientos entre unos y otros y podamos mirar todos juntos al futuro".