Cuba y Estados Unidos se han hecho casi amigos: reanudan relaciones diplomáticas. ¿Es bueno Ciertamente. El Papa Francisco ha hecho bien en impulsar el acuerdo. Cuantos menos focos de violencia potencial haya en el mundo, mejor que mejor.

Sólo dos apuntes. El primero, levantar el embargo a Cuba puede ser bueno, pero eso no significa que la dictadura castrista no siga siendo una dictadura. El tirano Raúl Castro (en la imagen junto a su hermano Fidel) lo dejó bien claro: "sin renunciar a ni uno solo de nuestros principios". ¡Joé con sus principios! Consisten en haber convertido a Cuba en un lupanar marxista. Un país, donde, como comentaba Oswaldo Payá, lleno de pobres que ni tan siquiera tienen derecho a decir que son pobres.
España seguirá encarcelando a Carromero y los Castro saldrán indemnes del 'asesinato' de Oswaldo Payá
En definitiva, se trata de liberar a los cubanos de los hermanos Castro, no de liberar a Cuba de la presión norteamericana. Además, es en Miami donde se refugia la colonia cubana anticastrista.

La segunda cuestión es España. La España cainita, quiero decir. Ejemplo, oído ayer miércoles a un tertuliano en RTVE. Tertuliano que, además, fue dircom de un importante ministerio con el PSOE. Achacaba al Gobierno del PP no haber jugado un papel más importante en la materia por empeñarse -y cita aquí a Esperanza Aguirre- en enviar representantes a hablar con la oposición cubana.

Vamos, que nuestro sesudo analista aprovecha el deshielo entre cubanos y norteamericanos para arremeter contra el PP. Según él, España se ha entrometido en la tiranía caribeña por enviar a Ángel Carromero. Precisamente a Carromero. A ver, los sinvergüenzas de Raúl Castro provocaron un accidente en el que murieron dos personas entre ellas el líder cristiano Oswaldo Payá. El conductor, el español Carromero, fue víctima de una farsa de juicio, y luego, como gran favor, un chantaje en toda regla, el insigne Raúl Castro envió a España a Carromero para que cumpliera sentencia. Rajoy no se dignó visitarle en prisión. Pero para nuestros tertulianos, la culpa del viacrucis de Carromero no la tienen los verdugos Castro, sino España, por molestar pacíficamente a la dictadura cubana. En efecto, el cainismo paraliza a España.

Al mismo tiempo, hay que recordar las palabras del pato cojo, Barack Obama quien, tras su sonoro fracaso en el mundo musulmán, necesitaba un triunfo a cualquier precio. El chico no abandona sus ideales pacifistas. Y, de paso, conseguir que las empresas españolas norteamericanas sustituyan a las españolas en Cuba. Eso sí, serán rehenes de los Castro... como las compañías españolas.

Y luego está el mensaje de Obama: "Todos somos americanos", lo que demuestra que el presidente norteamericano ha estudiando geografía. Esto siempre resulta útil. Ahora bien, la línea divisoria no está entre Europa y América, pobladas ambos por occidentales. La línea divisoria entre hispanos y anglosajones la marca el calvinismo anglo frente al catolicismo hispano y no necesito decirles con quién me quedo. Y en economía, el mundo anglosajón se caracteriza por la especulación financiera, de suyo liberticida e injusta.

Dicho todo esto, felicitar al Papa Francisco por haber intermediado en el establecimiento de relaciones entre USA y Cuba.  

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com