En Noruega está despenalizado el aborto pero de forma muy restringida, no como en España donde regirá como derecho de la mujer, y en el que la opinión del varón no cuenta para nada.
Allí, cuando una mujer queda embarazada, el hombre responsable, ya sea casado no, está obligado jurídicamente (y el Estado toma medidas como intervenir en las rentas o nómina del padre) a correr con los gastos del hijo hasta que cumpla 18 años. Si el papá es un adolescente, son los padres del mismo los que tienen que desembolsar los costes. (Sra Aído, ministra de Igualdad, tome nota: el embarazo es cosa de dos).
En el caso de que ambos decidan abortar al niño, los gastos de la clínica y el apoyo psicológico de la madre frustrada también son responsabilidad del varón. En Noruega, las relaciones sexuales no se toman a la ligera, tristemente por las consecuencias pecuniarias que acarrean, pero algo es algo. Mientras, en EEUU, según la encuesta del Pew Forum on Religion and Public Life revela que, durante el 2009, el apoyo al aborto sigue cayendo: los que se manifiestan a favor del derecho al aborto, han bajado del 54% al 47%; los que se declaran en contra crecieron del 40% al 44%; y los indecisos subieron del 6% al 9%.
Se trata del mayor cambio de opinión registrado desde 1995, fecha en que se empezaron a hacer encuestas sobre las actitudes hacia el aborto.
Lisa Justiniano