Está claro que la familia es, así lo dicen todas las encuestas, el modo de asociación institucionalizada más apreciada y deseada por los hombres y mujeres a lo largo y ancho del mundo.
Sin embargo las legislaciones nacionales, especialmente la española, no acaban de reconocer sus derechos y libertades en el marco de la convivencia civil. La mayor parte de las veces la familia no pasa de ser considerada un sujeto débil y opcional, que sólo precisa de ayudas económicas. Para los que están dominados por un panorama internacional que todo lo ve bajo la perspectiva de género, la familia es una sociedad que se ha deconstruir.
Lástima que esta última visión se está imponiendo en algunos ambientes con gran capacidad de influencia social.
Jesús D Mez Madrid