El acabose. Antonio Fernández Galiano comunicó en la noche del jueves que se quedaba en El Mundo, vamos, que no aceptaba el nombramiento como primer ejecutivo de ABC (3 millones de salario fijo más otros tres como objetivo límite según objetivos). Pero como el acuerdo era ya un hecho, y como incluso le habían obligado a prometer que no intentaría convertir al ABC en un diario regional de Madrid ni fusionar Vocento y Unidad Editorial, y como habían aceptado sus elevados emolumentos, pensaron que rectificaría y aceptaría el cargo.
Así que el Consejo de Administración siguió convocado para el mediodía del viernes. Sin embargo, no fue posible. A primeras horas del viernes se certifica que Galiano, tras mantener un culebrón de 10 días, ridiculizaba al ABC y se volvía a Unedisa con Rizzoli con Pedro J. Ramírez. Ahora ambos celebran la tomadura de pelo y el ridículo que ha hecho Vocento.
Pero lo mejor ha venido con la derrota. Galiano dice que no y, de inmediato, Soledad Luca de Tena, Petisa, apoyada por su hermana Catalina, propone a los accionistas principales que vuelva José Manuel Vargas, el CEO cesado. Increíble pero cierto.
Asegura Petisa que Vargas va camino de alcanzar a El Mundo en difusión y que Unidad Editorial está en pérdidas y con una deuda galopante. Muy cierto, pero se olvida decir que cuando Vargas tomó las riendas, Vocento tenía en caja 200 millones de euros y hoy sufre una deuda de 120 millones que antes no tenía. Para más pitorreo, Petisa pretende que se le respeten a Vargas los 3 millones de euros de indemnización (ojo, libres de impuestos, es decir, que en bruto son mucho más) y que se le restituya en el cargo con todos los honores.
Los Urrutia y los Ybarra se han quedado de piedra con Galiano y con las hermanas Luca de Tena. Cosas de la aristocracia.
Por el momento, seguirá con Diego del Alcázar como presidente y con Iñaki Arechabaleta, gestor de prensa regional, como primer ejecutivo más o menos interino. Arechabaleta tiene algo a su favor: conoce el negocio de la prensa regional -no de la nacional- y, además, es natural de Bilbao.
Mientras, en Unedisa, que sí pretendía comerse al ABC para enterrarlo, Galiano asegura que se ha quedado en El Mundo por motivos sentimentales. Y esto es bello e instructivo, porque demuestra que los ejecutivos editoriales también tienen sentimientos, aunque se desconozca su naturaleza.
Mientras, el sector, todo él, está quebrado y El Mundo, por ejemplo, afronta una deuda impagable si no fuera por Rizzoli, que también podría cansarse. Pero esto es una cuestión secundaria.
Eulogio López
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