El ministro de Fomento, José Blanco, manifestaba este jueves su satisfacción por el histórico acuerdo con los sindicatos para establecer los servicios mínimos. En efecto, la tradición manda que las negociaciones sean a cara de perro y sin que ninguna de las partes quede satisfecha, como es el caso de Esperanza Aguirre en Madrid.
El acuerdo de servicios mínimos refleja el apoyo del Gobierno a la huelga, según el presidente de CEPYME, Jesús Terciado: El Gobierno tiene una postura delirante, de complacencia con la huelga. No lo entendemos, aunque lo que parece es que se quiere apuntar un tanto, da igual si fracasa o no la huelga.
Escuchando a Terciado se puede pensar que el Gobierno piensa recuperar el cariño sindical cuando pase la tormenta. A cambio, los sindicatos no deteriorarán más la imagen de un Ejecutivo cuyo presidente sólo busca sobrevivir hasta la próxima convocatoria electoral (nada menos que 2012), e incluso ganarla.
Mariano Tomás
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