Sr. Director:

El hombre se diferencia de cualquier otro animal por dos características esenciales: por su inteligencia, su capacidad de razonar; y por su voluntad, su capacidad de decidir libremente. Por lo tanto, el hombre es un animal racional y libre. Pero algunos concluyen que dado que el feto no tiene estas características, pues ni piensa ni decide, no es hombre. Y es que vamos, si nos ponemos así de extremistas, tampoco un niño es hombre porque no tiene una total maduración de su inteligencia. Ni un subnormal debido a una malformación genética accidental. Ni un drogadicto por una sustancia química por la que pierden el uso de esas cualidades. Ni un preso pues unos barrotes le impiden ser libre e incluso a veces pensar por las presiones psíquicas o los interrogatorios. O sea, que todos estos hombres no lo serían porque no cumplen algunos requisitos elementales. Es cierto que en un preciso momento ni pueden razonar ni decidir libremente, pero tienen la posibilidad de poder llegar a actuar como hombres racionales y libres.

Una uva y una canica no son una parra; pero sin embargo, si todo sigue su ciclo normal, la uva puede llegar a ser una hermosa parra, mientras que la canica ni es ni será parra ni porro. Del mismo modo un feto aún no parece un ser humano maduro (carece de inteligencia y voluntad) pero sí lo será, porque participa plenamente de la naturaleza humana. Dale un poco de tiempo al chiquillo.

Pero parece ser que es más fácil pedir canicas a la parra que uvas, porque mientras que algunos individuos apoyan perfectamente y sin escrúpulos el aborto, la inyección letal y la experimentación con embriones, sin preocuparse por los derechos de esos seres humanos, otros se preocupan en hacer propaganda y a defender a ultranza los derechos de los animales, que ni son humanos ni llegarán a serlo, pues por sus instintos están determinados a actuar siempre de la misma manera ante una serie de impulsos.

Creo que es mucho más importante luchar por conseguir que se respeten total e íntegramente los derechos inalienables de un feto, que en un futuro reivindicará racional y libremente sus derechos, que los de cualquier animal, por muy mono que sea, pero que nunca los pensará, los decidirá, y los reclamar. Y si no que también le den tiempo al mono

José Noé Patiño

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