Sr. Director:

En mis años de estudiante cursábamos, de manera obligatoria, la FEN (Formación del Espíritu Nacional), era una asignatura impuesta por el régimen y pretendía formar a la juventud en el Espíritu del Movimiento.

Ahora se llama "Educación para la Ciudadanía". Una idea brillante de una ciudadana de turno que quiere hacer historia. Una asignatura que pretende formar a los jóvenes en el espíritu del régimen: el relativismo y la ideología de género.

¿Qué sentido tiene sino obligar a todos los jóvenes y adolescentes españoles a cursar una asignatura impuesta desde el Ministerio y que desarrolla un programa en el que priman la moral relativa, y se pasa por encima el derecho de los padres a formar a sus hijos según sus convenciones y creencias? Me parece que el sentido es claro, adoctrinar.

Hasta el nombre es innecesario: "Educación" como si toda la educación que reciben un alumno sea la que se da en está asignatura.

Habrá que recordar que la educación moral compete a los padres y la educación ciudadana comprende toda la educación: en familia, en la escuela, en el recreo, en gimnasia, en deportes, en el comedor, en conversaciones, con las actitudes..., abarca todos los aspectos de la vida.

¿A qué viene, por tanto, implantar una asignatura específica, si todas sirven para eso, para educar? Educa el profesor de matemáticas, el de ciencias, el de historia, el de religión... todos educamos ciudadanos ¡Faltaría más! Lo que no debemos hacer es sustituir a los padres.

Jesús D Mez Madrid

je.do.madrid@gmail.com