La cuestión religiosa, a debate de nuevo en Intereconomía TV

El pasado miércoles 7 de mayo la vicepresidenta De la Vega presentaba en la Comisión Constitucional una propuesta de reforma de la Ley de Libertad Religiosa de 1980. Su conocida animadversión hacia el hecho religioso ha despertado las alarmas de la Iglesia y del pueblo católico.

El Club de la Palabra de Intereconomía TV ha querido analizar la cuestión religiosa, de actualidad de nuevo en la agenda política. Participarán Juan Francisco Rodríguez Sánchez, de Cristianos Socialistas: Pedro Juan Viladrich, catedrático de Universidad; el presidente de la Fundación Cives, Vitorino Mayoral, y el subdirector general de Relaciones Institucionales de la Fundación CEU San Pablo, Raúl Mayoral. ¿La cita? Este domingo 18 a las 20,30.

De la Vega ha explicado que la intención del Ejecutivo era adaptar mejor la legislación al pluralismo de la sociedad española, así como defender de manera más eficaz los derechos de los agnósticos. Queremos defender también las creencias de las personas que no creen, señaló.

Preguntada en la rueda de prensa sobre el significado de su propuesta, De la Vega guarda silencio. No explica si la reforma implicará la supresión de los símbolos religiosos de los lugares públicos ni cómo se defenderán los derechos de los agnósticos. Tampoco explica si el Gobierno pretende denunciar los acuerdos suscritos con la Santa Sede. Sí señala en cambio que el Gobierno pretende elevar de rango los acuerdos suscritos con las confesiones minoritarias. ¿Equiparación?, le preguntamos. De la Vega responde negativamente. Conoce que la Constitución mandata que el Gobierno mantenga una relación especial con la Iglesia Católica

Además, De la Vega informa que será ella personalmente quien llevará a cabo la reforma, a pesar de que las competencias sobre Asuntos Religiosos recaen en el ministerio de Justicia.

¿Por qué un anuncio tan vago? Hay quien piensa que la vicepresidenta lanzó un globo sonda para observar la reacción del Episcopado. Otros consideran que la vicepresidenta estaba lanzando un mensaje envenenado al presidente de la Conferencia Episcopal, Mons. Rouco, ahora que toca renovar cargos en la radio de los obispos. Por último, desde el PP consideran que el Gobierno trata de desviar la atención de los verdaderos problemas del país: el agua, la crisis económica y la financiación autonómica.

Puede que todos tengan razón. Pero también es verdad que el Ejecutivo Zapatero mantiene un proyecto ideológico claro basado en un laicismo incompatible con la aconfesionalidad de nuestra Carta Magna.

Al inicio de la anterior legislatura, De la Vega se soltó el pelo en un mitin en Valencia y afirmó que algunos sacerdotes y jueces retrasaban el progreso del país. Esta es la filosofía de fondo de un ala laicista sustentada por presidente y vicepresidenta y de la que Álvaro Cuesta es el rostro más visible.

Probablemente la sangre no llegue al río y la reforma propuesta no quede sino en una minirreforma. Pero la izquierda minoritaria (IU, ERC y BNGa) ya ha cogido carrerilla y ha presentado una proposición no de ley en la que piden la denuncia de los acuerdos con la Santa Sede, la supresión de los conciertos educativos con los colegios católicos y la reforma del calendario de fiestas laborales para desvincularlas de las festividades religiosas.

La cuestión religiosa está -de nuevo- encima de la mesa.