Acusa a los populares de pretender bloquear el funcionamiento del Tribunal Constitucional

Muy incómoda estaba la vicepresidenta ante la recusación de tres magistrados del TC anunciada por el PP. Técnicamente, la recusación resulta un problema, porque si se aceptan todas, el TC queda bloqueado. ¿Cómo se solucionará? "Confío en el rigor, la pericia, la capacidad, la imparcialidad y la independencia de los miembros del TC; ellos tienen que buscar una solución", responde De la Vega.

La ‘vice' vincula el hecho de que el PP haya anunciado que no iba a seguir negociando la renovación del CGPJ con las recusaciones del TC para concluir que los ‘populares' quieren bloquear las instituciones judiciales "porque perdieron las elecciones". Así que lanza un pullazo a los del PP afirmando que confía "es verdad que con pocas esperanzas" en que los responsables del PP "sean por una vez, eso: responsables; y no contribuyan al maltrecho prestigio de sus instituciones". Y más, la tradicional retahíla: "no es sensato, ni lógico ni razonable".

Además, De la Vega señala que la recusación del Gobierno se hace para garantizar la imparcialidad y que los populares parecen haber recusado "porque lo ha hecho el Gobierno". "Parece un 3x2 y me preocupa mucho, porque esto no es una oferta promocional; esto es algo muy serio en el que hay que acreditar". Vamos, que ve que su estrategia de recusación ha caído en vía muerta cuando los populares han reaccionado con agilidad. Eso sí, volando por los aires el TC, un órgano nacido viciado desde el mismo momento en que sus magistrados son nombrados por su camiseta política.

De la Vega

dice que no se ha estudiado el tema en detalles. Eso sí, lo del "3x2" lo ha repetido en varias ocasiones. Para que se enteren hasta los periodistas. No obstante, parece haber encontrado una válvula de escape. La recusación -explica- debe hacerse en el mismo momento en que se conoce, para no ser utilizada como as en la manga. Y por tanto, el hecho de que los populares hayan recusado como consecuencia de la recusación del Gobierno puede ser el argumento que utilicen para no aceptar las recusaciones. Sólo hay un problema: ¿quién va a rechazar esas recusaciones, los ‘conflictuados' que diría Conthe? El Gobierno ha vuelto a caer en su propia trampa.