El ministro de Defensa, José Bono, anunció el jueves 21 en el Congreso de los Diputados su intención de elevar al Consejo de Ministros la petición de dimisión de dos altos cargos militares. Sin embargo, en la mañana del viernes 22 se advertía que tal petición no se produciría, como efectivamente ha sido. Según fuentes castrenses, el goteo de la purga de la cúpula militar ha generado un gran malestar entre el estamento militar y Bono ha preferido no hacer sangre y envainársela.

Sí habrá, en cambio, una reorganización del Alto Estado Mayor antes del 1 de enero, con especial atención a la División de Operaciones. La responsabilidad de las nuevas destituciones recaerá a partir de ahora de manera íntegra en el ministro de Defensa, José Bono, el que se autocalificaba como patriota "pero no de loj de loj tanquej". Preguntada De la Vega sobre la posibilidad de que se pudieran producir esos ceses o envíos a la reserva forzosos en las próximas semanas, la vicepresidenta ha vuelto a redireccionar a Bono. Algo así como "Pepe, apáñatelas tú solito con los sables".