Zapatero trató de silenciar el malestar entre policía y guardia civil con un acto-homenaje a los caídos. No fue suficiente. El malestar es mucho. En primer lugar porque los cuerpos y fuerzas de Seguridad del Estado han sido humillados con la negociación con ETA de la pasada legislatura. En segundo lugar, porque siguen trabajando en condiciones poco dignas y el Gobierno permanece incumpliendo sus compromisos de mejora de sus condiciones laborales. Y en último lugar, y probablemente el más importante, porque el pensionazo les impide pasar a la llamada tercera actividad, es decir, un estado de stand by que les permite trabajar en el sector privado cobrando una pensión.
¿Qué opina del malestar de las fuerzas policiales el Gobierno? De la Vega agarra unas cuantas dosis de retórica para echar botafumeiro sobre estas reivindicaciones de los sindicatos policiales. Dice que el Gobierno siempre escucha sus planteamientos y los dialoga, que los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado han actuado de manera ejemplar y formidable y que gracias a ellos se han reducido las cifras de delitos. Gracias a su constancia y su esfuerzo estamos ganando la batalla contra el terrorismo; su fin está cada vez más cercano, concluye. O sea, una de la regalada de oídos frente a unas reivindicaciones no escuchadas ni atendidas.