La vicepresidenta sueña con un país seguro
En la tarde de este lunes la vicepresidenta De la Vega comparecía en los Encuentros de La Razón. Con un discurso muy medido que el moderador Alfonso Ussía calificó de "brillante", De la Vega describió el "proyecto" de sociedad con el que sueña, por el que trabaja. Por supuesto, se refirió a una España sin ETA, pero también habló de una España segura. Segura en sentido amplio. No sólo con seguridad física, sino también con seguridad frente al provenir, seguridad en el trabajo y seguridad ante la enfermedad y "seguridad de que la promoción personal de nuestros jóvenes responderá al mérito y el esfuerzo, no al azar del nacimiento". ¿Es que alguien en España sigue viviendo del apellido?
En resumen, De la Vega aboga por una España ‘femenina', donde los riesgos no existan. Una sociedad que se preocupe y garantice la educación de los niños, pero también el empleo de los jóvenes, la promoción laboral de los trabajadores, la estabilidad en el empleo y la enfermedad de nuestros mayores. Una sociedad providente que sustituya a Dios. No un Papá Estado, sino una Mamá Estado.
Esta es la socialdemocracia. Y aunque De la Vega considere que estos principios de solidaridad e igualdad están profundamente incardinados "en lo mejor de la nuestra tradición y forman el núcleo tanto del humanismo secular como del cristianismo", se equivoca. El cristianismo cree en la Providencia del Padre, no del Estado. La moral cristiana apela a la caridad, pero deposita su confianza en Dios, no en las instituciones.
En todo caso, no deja de llamar la atención que la ‘vice' mencione al cristianismo como la base de su proyecto. Y es que el PSOE va a volver a relanzar su grupito de cristianos en el socialismo con Carlos García de Andoain a la cabeza. Lo hará porque necesita mostrar a la sociedad que hay otra forma de ser cristiano ante una previsión de encontronazo con la Iglesia a cuenta de Educación para la Ciudadanía y otras cuestiones. Al tiempo.