Gran escándalo a costa de los salarios de los directivos de cajas de ahorros -o ex cajas- y por las indemnizaciones de los salientes.

Estoy de acuerdo: una entidad que recibe dinero público no puede pagar indemnizaciones. Sólo dos matices: los cajeros cobran mucho menos que los banqueros, quienes trabajan en el sistema mutual cobran menos que los que dirigen sociedades anónimas. De hecho, la innecesaria reforma de cajas de ahorros de un Gobierno como el de Zapatero, que sencillamente se ha cargado las cajas, ha provocado la caída en picado de los resultados de las entidades.

Segundo: sin esa reforma, las cajas de ahorros no se habrían hundido. Y si se hubieran hundido habría que haberlo sometido al proceso de concurso de acreedores, al igual que a cualquier otra empresa.

¿Por qué razón en la década de los 80 se hundieron 50 bancos y ninguna caja de ahorros y ahora resulta que es al revés? Pues porque entonces las normas, y los reguladores, eran más lógicas que hoy y no exigían alta capitalización sino baja morosidad. Las exigencias de mucho capital sólo hacen bancos grandes peor no bancos solventes. Y es que, ¿quién ha dicho que lo grande es más eficiente que lo pequeño? Si es justamente al revés. Salvo que, claro, se obligue por ley a que todos sean grandes y se excluya a los demás del juego. Entonces sí, claro.

Pero lo más importante son los salarios en sí mismos, que cabrean, y con razón, a quien no encuentra trabajo y no llegan a fin de mes. No hace falta compararla ni con los beneficios ni con otros colegas. El salario es la retribución por un trabajo. ¿Y quién retribuye al trabajador? El propietario, naturalmente. Por tanto, la clave es que sea el propietario, en el caso de sociedades anónimas, quien decida el salario de sus ejecutivos. Zapatero no se ha atrevido a hacer esa reforma y se ha conformado con que los accionistas sean "informados" de lo que cobran sus ejecutivos. ¡Sólo faltaba!

¿Y cuando no hay propietarios, es decir, cuando se trata de una entidad mutual, como la de las antiguas cajas de ahorros o las dos que todavía perduran, Onteniente y Pollensa? Pues la respuesta surge por sí sola: si son entidades parapúblicas que los salarios de sus directivos sean los mismos que los de los dirigentes políticos. Y si no quieren el cargo por su baja retribución -que no es tan bajo- que no lo acepten.

En Hispanidad seguimos defendiendo el modelo de cajas de ahorros. No nos costaron dinero, localizaron el crédito, apoyaron a millones de españoles para la adquisición de su vivienda, a decenas de miles de pymes para acceder al crédito y repartían un dividendo social. Si hay un sector económico que no me preocupa que termine en manos públicas o se comporte según parámetros públicos, ese es el sector del crédito. A fin de cuentas los bancos son entidades virtuales: no venden otra cosa que tiempo. Y el tiempo es propiedad de Dios.

Además, hay dos tipos de empresarios, los que trabajan con fondos propios y los que lo hacen con fondos ajenos. El banco, por su propia naturaleza, funciona con fondos ajenos. Fondos privados pero, sobre todos, fondos de los bancos centrales, es decir, públicos. Por tanto, no entiendo por qué hay que rasgarse las vestiduras cuando alguien solicita la estatalización de la banca. Pero me gusta más el sistema mutual de las cajas de ahorros, que por algo fueron fundadas, en su mayor parte, de la Iglesia para luchar contra la usura.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com