Según el Tribunal de Cuentas francés, la Seguridad Social gala cerrará el año con un déficit de 14.000 millones de euros, lo que supone un incremento superior al 37%. De ahí que el responsable de Economía, Nicolás Sarkozy, haya decidido lanzar la medida de cambiar pisos por pensiones privadas. En otras palabras, ancianos, solos o en pareja, que ceden su piso a un banco a cambio de que éste les financie la residencia de ancianos donde les atenderán hasta su muerte.

La verdad es que los bancos españoles ya comenzaron este proceso hace una década, y el negocio no ha resultado tan bueno como se esperaba. O se asume el riesgo de que el cliente no se muere a su debido tiempo (y, por lo general, no quiere morirse) o se encuentra ante la posibilidad de embargar a la tercera edad. Es igual, los franceses, desesperados porque tendrán que reducir su Estado del Bienestar, recurren a lo que sea. También a lo que ha fracaso al otro lado de los Pirineos.