Sin embargo, deberá compartir con Polanco las retrasmisiones en zonas a las que no pueda llegar. José Miguel Contreras considera que, sin el Mundial, la Sexta no sobreviviría. El conflicto con Sogecable puede llegar con los adaptadores de TDT. El acuerdo entre Cuatro y la Sexta ejemplifica las relaciones entre el grupo de medios informativos afines al gobierno Zapatero. El Ejecutivo no renuncia a que Godó y Zeta se sumen al nuevo canal de TV.

José Miguel Contreras, el principal asesor en la sombra de Rodríguez Zapatero, primer ejecutivo del nuevo canal de TV, La Sexta, pagará 104 millones de euros por la exclusiva para retrasmitir el Mundial de Fútbol Alemania 2006. Para Contreras, sin ese mundial no hay forma de que una TV de nuevo cuño, sin precedentes, logre una cuota de mercado del 10% en dos años. Es más, considera que ni tan siquiera conseguiría arrancar. La inestabilidad del canal, con una Televisa que posee el 40% y que está deseando hacerse con el control y unos socios minoritarios enfrentados (Globomedia y Medipro sobre todo) pueden hacer fracasar el gran proyecto mediático de Zapatero. No olvidemos que el PSOE es de PRISA; no al revés, pero que es el PSOE quien controla La Sexta, una matiz que conviene recordar.

Pues bien, La Sexta pagará a Telefónica 104 millones de euros no es mal precio- por la retrasmisión del Mundial. Ahora bien, ha ganado la puja por varias razones. La primera por que A-3 TV, del grupo Planeta, líder de la TV en España, se retiró de la puja casi antes de empezar. Entre otras cosas, porque el equipo directivo que dirige Maurizio Carlotti no quiere que, a corto plazo, como sin duda sucederá, se reduzcan los ingresos: eso podría reducir su bonus de forma alarmante. Quedaron dos postores: Cuatro y La Sexta. Hubo que llegar a una solución salomónica: La Sexta se lo quedaba, pero La Cuatro, es decir, Planco- trasmitirá los partidos en aquellas zonas de España a las que no lleguen Contreras y sus muchachos.

Esto plantea problemas, dado que los expertos contradicen a Contreras y afirman que, en el mejor de los casos, La Sexta habrá logrado en junio una antenización del 40% del territorio. Además, están los adaptadores de la TV analógica a la digital terrestre (TDT). Por 60 euros, cualquiera puede ver La Sexta y los nuevos canales digitales en un receptor convencional. Puede haber lío entre Polanco y Contreras, ambos muy socialistas, ciertamente, pero con intereses competidores.

Luego hay que ver cómo se comporta la Selección española. Porque claro, Contreras les ha dicho a sus socios que sin el Mundial no hay forma de abrirse un hueco en un mercado tan complicado. Pero si la selección cae en la fase previa, la audiencia también caerá.

En cualquier caso, el pacto de sangre firmado entre Sogecable y La Sexta representa el arquetipo del conjunto de medios informativos que el Gobierno Zapatero quiere colocar bajo sí o, al menos tras de sí. Con Polanco no va a conseguirlo nunca: no es El País quien apoya a Zapatero, sino Zapatero quien apoya a El País, pero ambos pueden ayudarse mucho y ambos tienen los mismos adversarios.

Por contra, La Sexta es un proyecto genuinamente socialista, más progresista que de izquierdas, más feminista que social, más verde que rojo. Por eso, Zapatero aún no renuncia a que el Grupo Zeta y el Grupo Godó se adhieran a La Sexta. No quisieron hacerlo en su día por la misma razón: no iban a mandar, el que manda es José Miguel Contreras por el socialismo mesetario y Jaume Roures, por el socialismo catalán.