En su reunión con empresarios del sur de Europa distinguió entre un capitalismo industrial y otro especulativo

La reunión en la que el presidente electo de Francia, el conservador Nicolás Sarkozy, mantuvo con empresarios del sur de Europa –franceses, italianos, portugueses y españoles- ha resultado muy vista pero poco oída. Pues bien, según un empresario presente en la sala, el inquilino del Elíseo lanzó una extensa perorata sobre el capitalismo en el que creía, que él calificó de industrial, por oposición al capitalismo especulativo. No sólo eso, sino que Sarkozy comentó lo mucho que le disgustaban las segregaciones interesadas de empresas, la pérdida de empleo y capacidad industrial de las que se beneficiaban unos pocos "especuladores" (empleo éste término de forma reiterada).

Todo ello delante del presidente del Santander, Emilio Botín, que prepara una oferta con troceamiento sobre el banco holandés ABN.

Porque claro, hay troceamientos y troceamientos. Los hay que, como el Santander, que compran para repartirse el botín, aunque al menos lo hacen con opas al 100 por 100, y los hay –aún peor- que compran apalancados, y pagan sus deudas con los activos de lo comprado, como los fondos de capital-riesgo o, por ejemplo, lo que pretendían hacer Acciona y ENEL, que al final tendrán que lanzar una OPA sobre el 100 por 100 pero que, por el acuerdo con E.ON, tendrán que vender parte del so activos de Endesa.