• Además, ofrecían consultas de ginecología, pediatría y odontología e incluso realizaban intervenciones quirúrgicas y prácticas abortivas en viviendas particulares.
  • Se anunciaban en medios dirigidos a la comunidad asiática para captar clientes y empleaban anagramas y credenciales de clínicas españolas para fingir mayor credibilidad.
  • Uno de los detenidos llegó a falsificar unos análisis clínicos para hacer creer a uno de sus pacientes que padecía una falsa enfermedad.
  • Ninguno de los detenidos e imputados figuraba inscrito en los colegios oficiales correspondientes.
La Policía Nacional ha informado de que sus agentes han desmantelado seis clínicas médicas clandestinas regentadas por ciudadanos de nacionalidad china y concentradas todas ellas en el madrileño barrio de Usera, conocido por su elevado número de residentes pertenecientes a esta comunidad asiática. En la operación, la policía ha detenido a ocho personas y ha imputado a otras dos.

Los implicados realizaban intervenciones quirúrgicas y prácticas abortivas en viviendas particulares. Además, se les atribuye supuestos delitos de intrusismo profesional y contra la salud pública ya que ofrecían consultas de ginecología, pediatría y odontología, entre otras especialidades, según Efe. 

Además, ninguno de los detenidos e imputados figuraba inscrito en los colegios oficiales correspondientes a pesar de anunciarse varios de ellos como doctores en medicina. Incluso un falso médico, para obtener una mayor credibilidad, utilizaba en su anuncio el nombre, credenciales y anagramas de clínicas y laboratorios españoles, enumerando gran cantidad de especialidades.

Es decir, a la barbarie de realizar intervenciones quirúrgicas sin cualificación profesional ni las condiciones de seguridad e higiene se une la todavía mayor barbarie de practicar abortos, es decir, asesinatos de niños inocentes. Llama la atención el que estas personas actúen sin ningún tipo de escrúpulo.

La policía cuenta en su nota de prensa cómo comenzó la operación: "Uno de sus pacientes acudió a su consulta por una serie de dolencias estomacales, siendo atendido en la parte posterior de un local que a la vista del público era un herbolario. El falso doctor acompañó a este paciente a realizarse unos análisis a unos laboratorios. Transcurridos unos días, y ya con el resultado de la analítica -la misma no reflejaba ninguna anomalía-, el doctor los modificó y falsificó haciendo creer al paciente que tenía una variante de hepatitis. Durante varias consultas le cobró alrededor de 3.500 euros, provocando en el paciente un empeoramiento severo de sus dolencias, suministrándoles unas pastillas de origen chino. Como consecuencia tuvo que acudir al servicio de urgencias del hospital donde se le diagnosticó una grave infección estomacal.

El afectado presentó denuncia por lo sucedido y los investigadores, a tenor de lo manifestado, sospecharon que esta práctica no fuera un caso aislado. Iniciaron entonces una minuciosa búsqueda de ofertas de servicios médicos a través de varios medios de comunicación dirigidos a la comunidad china en Madrid. Los investigadores localizaron varios anuncios que carecían del nombre del centro de salud o clínica, no facilitaban una dirección física donde acudir, hacían referencias a supuestas colaboraciones con hospitales españoles y manifestaban una dilatada experiencia en China de al menos 20 años".

La policía también destaca que entre aquellas que compartían especialidades, mantenían una dura batalla de precios o bien publicitaban que atesoraban mayor experiencia o mejores productos.

Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com