Desconfío de unas movilizaciones ciudadanas que nos dicen que son espontáneas. Y mucho más si es en plena campaña electoral.
En España hay demasiados expertos en maniobras electorales en la oscuridad. Además entre los manifestantes hay políticos de partidos de ultraizquierda que apenas tienen votos.
Quizá algunos intentan conseguir en la calle lo que no les dan las urnas. Si tienen ideas concretas más allá de vaguedades de "justicia infinita" y "un mundo mejor", que se constituyan en partido político y las defiendan ante los ciudadanos. Lo que no es admisible es que amenacen con alterar el día de reflexión y el normal desarrollo de la democracia. Esto más que "democracia real" huele a "dictadura de una minoría".
José Aparicio