Sr. Director:

Siempre hay alegría en el nacimiento de un nuevo ser. Alegría de Navidad. A pesar de las dificultades que puedan vislumbrarse en su posterior desarrollo.

El lunes 3 de Marzo de 2008, asistimos en Madrid al parto de algo grande: la presentación de la moratoria sobre el aborto que se presentará a la ONU, para pedir la modificación del Artículo 3 de la Declaración de los Derechos Humanos: "Todo individuo tiene derecho a la vida, desde el momento de la concepción hasta su fin natural, a la libertad y a la seguridad de su persona."

Una frase que, si se acepta y cumple, perfecciona de tal modo la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que será el comienzo de una nueva etapa de la Historia de la Humanidad: la Cultura de la Vida , "la civilización de la verdad y el amor".

El padre de la criatura, el periodista italiano Giuliano Ferrara, nos confiesa que concibió la idea en su cabeza el día 18 del pasado Diciembre. Ferrara, comunista de estirpe, seguro que desconoce  que ese día se celebra la fiesta de la Virgen de la Esperanza, de la Expectación del Parto, fiesta introducida en el calendario  de la Iglesia Católica por San Ildefonso, obispo de Toledo, en el año 656. Ferrara  no sabe la coincidencia, pero Santa María, Madre de la vida, sí.

El Papa Juan Pablo II nos dejó la gran herencia de la Encíclica Evangelium Vitae, que concluye con una hermosa oración: " Oh María, aurora del mundo nuevo, Madre de los vivientes, a Ti confiamos la causa de la vida...". (E.V. nª105). Hemos asistido al despuntar de esa aurora.

Ferrara terminó su presentación citando al más famoso de los héroes españoles, D. Quijote de la Mancha. Jocosamente, él se identificaba con Sancho, el escudero.  "La del alba sería, cuando D. Quijote salió de la venta...". (Capítulo IV) a buscar a Sancho. Quijotes y Sanchos, sirvamos  todos a la causa de la defensa inviolable de la vida humana. Esta sí es la mas "alta ocasión que vieron los siglos".  Gracias Giuliano Ferrara. 

Margarita Mª Fraga Iribarne

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