La crisis bursátil puede haber terminado, pero los bancos de inversión, que tan felices se las prometían, no experimentan el vigoroso proceso de fusiones, adquisiciones y OPV del que tanta rentabilidad esperaban para 2004. Por ejemplo, las privatizaciones del Gobierno alemán de Gerhard Schröder llevan la marca del fracaso. Postbank (nuestra antigua Caja Postal) se ha quedado más de un 20% por debajo del valor previsto. Y el fracaso del Post no presagia nada bueno para la privatización de otro paquete de Deutsche Telekom (un 26% si hemos de hacer caso al ministro de Finanzas alemán Hans Eichel).
No, la crisis bursátil de los años 2000-2003 no era coyuntural, debido a la burbuja tecnológica: era claramente estructural Y si el terrorismo se empeña, los mercados volverán a despeñarse. Desde luego, ya nadie espera que se vuelva a los niveles de 1999.